¿Se han puesto a pensar cómo va cambiar la vivienda después del Covid-19?
¿Volverías o comprar un departamento como el mercado lo ofrece actualmente, después de haber vivido confinado más de un mes sin haberlo previsto?
¿Preferirías ahora un departamento sin ventanas exteriores, sin balcones, con el mismo tipo de baño, cocina y otras características actuales?
Mientras que los inversores inmobiliarios están pensando cómo es que van hacer para poder recuperar lo no vendido en este 2020, nadie se ha puesto a pensar en el “producto”, definitivamente vivienda colectiva a partir de esta crisis mundial debería cambiar, y readaptarse a nuevas necesidades sanitarias y de convivencia.
Lo que el coronavirus ha hecho en el mercado inmobiliario de la vivienda, es evidenciar una seria de negligencias que empujadas por el mercado y la necesidad de vender más metros cuadrados, que han hecho unidades de vivienda cada vez más compactas, lo cual no es malo necesariamente, pero que carecen de flexibilidad, de espacio de almacenaje, y por temas de diseño o terreno, a veces solo miran a una pared u otra ventana.
Hemos hecho una propuesta de repensar un departamento con una configuración tradicional para tener una visión del futuro inmediato post crisis.
Pero antes de eso es importante revisar algunos conceptos que comienzan a cobrar importancia debido a esta última pandemia y que son motivo del diseño.
Asepsia / Esclusa Sanitaria Residencial. La pandemia nos ha abierto los ojos, respecto de las cosas que no podemos ver, un universo de microorganismos y virus, que en algunos casos son necesarios, pero otras como el Coronavirus podrían ser mortales. El día de hoy se ha vuelto común poder retirarnos lo zapatos antes de entrar a la casa, inclusive la ropa, lavarnos las manos, nuestras compras y otros artículos que han estado en contacto en la calle y con otras personas.
Todas estas lógicas son más parecidas al ingreso a centro quirúrgico, que a una casa como la conocíamos. La reorganización y reubicación de ciertos espacios como el baño de visita y lavandería más cercanas al ingreso a modo de exclusa podría ayudar a dar mayores condiciones sanitarias al interior del departamento.
Privacidades del hogar. La cuarentena nos ha obligado a poder seguir con nuestras actividades desde casa, lo cual en sí mismo presenta un reto, no solamente en términos de conectividad, si no de privacidad en sí, debido que en paralelo hay otras actividades dentro del mismo espacio, como el cuidado de los hijos, u actividades de ocio de otros familiares.
En el caso opuesto, el confinamiento no ha requerido muchas más horas de entretenimiento y despeje mental en casa, la internet, la redes sociales y plataformas streaming se han convertido en un amigo inseparable, mientras que para los más activos la necesidad de un espacio de ejercicios ha sido vital para mantenernos en forma. Una nuevo concepto de vivienda debe poder adaptarse a esto y brindar múltiples alternativas de actividades tanto individuales como en grupo.
Flexibilidad y el tiempo. Nos hemos vuelto esclavos de las paredes, y hoy más que nunca, al pasar tantos días dentro de un mismo espacio, es evidente que el aburrimiento “espacial” pueda estar presente. Permanecer en el mismo lugar por tantas horas y días puede generar un stress importante, y como regularmente se diseñan las unidades actuales no hay muchas alternativas, salvo cambiar el color de las fundas de las almohadas o alguna otra cosa a nivel decoración.
Cerramientos flexibles, modulares y con uso múltiple puede ser una opción viable, para poder cambiar tu espacio cuando tú quieras, manejar piezas con distintas funciones que acopladas puedan agrupar distintas actividades, puedan dar privacidad por momentos pero en otros casos pueda dar la posibilidad de actividades familiares por ejemplo.
Conectividad. El teletrabajo parcial es el futuro inmediato post crisis, por el bien de nosotros mismo y del ambiente, esto va requerir que las viviendas tengan un espacio flexible que por horas pueda trabajar con total privacidad e independencia para la persona que está trabajando, la posibilidad de tener una estación para pc o laptop, hacer llamadas, video conferencias, tener un pizarrón. Este espacio podría funcionar tanto para los adultos como para los pequeños.
Acabados. El que menos en los días de confinamiento se ha dedicado a limpiar la casa, y hemos descubierto que muchos de los materiales que tenemos en el departamento son sumamente complicados asear, texturas, esquinas y otros recovecos, son potenciales acumuladores de virus y bacterias. Una nueva vivienda podría tomar en cuenta algunas especificaciones hospitalarias para el uso de paredes que se puedan lavar, contar con “contra zócalos y encuentro sanitarios” que no generen esquinas, inodoros flotantes, entre otras estrategias que permitan tener una vivienda libre de contaminación.
La Luz, amplitud y vistas. Definitivamente debe ser una pesadilla estar en confinamiento y no poder ni siquiera ver la calle, y solamente estar expuesto al ruido de patio de iluminación sin vista exterior. Al día de hoy la ventana cobra mucho más valor que nunca.
La Basura. La cuarentena nos ha enseñado el tema importante respecto de los desechos y lamentablemente los modelos actuales no lo consideran, cosas simples como poder separada de manera organizada, separando lo orgánico de lo inorgánico, o de condición reciclable es un lujo que se vuelve necesario mirando hacia el futuro.
Finalmente esta situación mundial es una oportunidad para cuestionarnos y tratar de brindar nuevas formas de cómo la arquitectura pueda ayudar a resolver los problemas de las personas.