La idea del proyecto se basa en poder materializar las huellas “invisibles” del lugar y hacerlas reaccionar al entorno y al programa o función del proyecto.
Por un lado encontramos la huella de la arquitectura, ejemplificada en el tipo de techo “Mojinete”, cobertura que encontramos en el gran parte del sur de Moquegua y Tacna, caracterizado por su silueta trapezoidal o de pirámide trunca, colocado sobre la armadura de madera y protegido con tejidos de filamentos de caña brava.
El proyecto busca rescatar la lógica de la estructura y las líneas geométricas de la forma original, pero dotándolas de una nueva expresión y mejorando al relación espacial exterior-interior.