El proyecto parte de la idea de utilizar el ladrillo en su forma más expresiva y asociándola con sus beneficios estructurales y climáticos, junto a la idea de introducir un elemento tipológico arquitectónico con el que pudiese combinarse.
Las teatinas, componentes cenitales de ventilación e iluminación incorporadas de manera sistemática en las construcciones de las ciudades del Perú, desde finales del siglo XVIII, hasta los primeros años del siglo XX. La idea de la teatina como elemento climatizador era interesante y se decidió potenciar sus facultades convirtiendo la sección de la misma en un espacio habitable, que permitiese albergar, por ejemplo habitaciones con una escala más agradable, con grandes ventanales para la iluminación y la ventilación, además de tener la posibilidad de ser ampliada en un futuro a partir de altillos de madera.